domingo, 21 de diciembre de 2014

Inservible

Muyyy buenaas. Aquí viene la primera entrada "útil" del blog. Ahora descubriréis mi estilo y todo eso, ya que veréis mi talento en su máxima expresión. Vale, eso era broma, pero sí muestra claramente la manera en la que suelo escribir. Mi intención no es llenar esto de entradas así en plan súper dramáticas, pero seguramente las leeréis más de una vez.
Espero que os guste ^^


Tenía la mirada vacía. Nada parecía emanar de sus ojos. Ni un mísero ápice de vida. A la dichosa pregunta de "¿Cómo estás?", siempre contestaba con un simple "Bien". Y todo parecía ir sobre ruedas. Unas ruedas que no eran más que una mera ilusión que los observadores creían real. Unas ruedas que, de existir, estarían remendadas mil y una veces. Unas ruedas que, de tanto remiendo, ya estaban rotas. Algo inservible. Y, en cierto modo, así se sentía ella por dentro, inservible.

La gente pensaba de ella que era una amargada, una aburrida sin remedio. Tanto lo sentía, que finalmente lo acabó creyendo de manera firme. Pero hacía como si nada. Vivía en una burbuja, una burbuja en la que sólo existía ella. Una burbuja donde nada más allá de su extensión importaba. Una burbuja, a su vez, carente de sentido. Cada día que pasaba, su humanidad, la poca que le quedaba, se iba reduciendo. Su humanidad, poco a poco disminuyendo, iba apagándose. Su humanidad, un erróneo pensamiento, se volvió inexistente. Y fue en ese momento cuando se convirtió en un ser frío, carente de calidez, sin ningún cariño.

Estaba cansada de fingir. Hacía ya mucho tiempo que fingía sólo por el hecho de que los demás no se preocuparan. De esa forma, sólo era ella la que se preocupaba por los demás, sin recibir nada a cambio. Tampoco buscaba nada, quizás un poco de aprobación, un poco de comprensión, un poco de preocupación. Pero ya había perdido la esperanza en encontrarlo. Entonces a la frialdad se unió la distancia.

El ser frío, cada vez iba siendo más y más distante. Tanto, que la gente optó por ignorarla, y congeniar con ella lo justo y necesario. Sólo le quedaban sus pensamientos, que, para variar, eran malos y oscuros, dañinos y perjudiciales, inolvidables e inútiles. Mas no podía desprenderse de ellos. Por más que lo intentaba, solamente conseguía recordarlos más y más. Hasta que no le quedó otro remedio que convivir, a malas, con estos simpáticos compañeros.

Y así, fue perdiendo su poca relación con el exterior, hasta tal punto de ser un cuerpo desterrado.

2 comentarios:

  1. Oye pues no esta nada mal, joder todo el mundo escribe de lujo por estos lares xD.

    ¿Para cuando el siguiente?

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    1. ¡Gracias! :D
      Pues si todo va bien, hoy habrá otra. Y probablemente a lo largo de esta semana, otra.

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