¡¡Muy buenas a
todos y a todas!! ^^ Sé que no le doy nada de caña al blog, el
curso me ha absorbido demasiado, por desgracia, y la señora Inspi no
me visita a menudo. Iría a buscarla, pero nunca me dice su dirección
:(
Sin embargo, lleva
unos días rondándome la cabeza una idea y bueno, he acabado por
desarrollarla. Esta vez escribo por culpa de un incendio que lleva
dos días (y lo que te rondaré, morena) asolando cientos de hectáreas no
demasiado lejos de donde vivo
Espero que os guste
^^
Escuchó un sonido
muy fuerte que provenía del cielo. No sabía lo que era, pero sí noto
que pasó muy rápido e incluso desestabilizó algunas partes de su
cuerpo. Estuvo atento a partir de ese momento, pues quería saber qué
era lo que sucedía a su alrededor.
Apenas tardó en
volver a escuchar el mismo sonido, esta vez, le pareció que incluso
repetido. Seguía sin saber qué era lo que lo provocaba, pero esta
vez pudo concretar la localización hacia la que iba el sonido.
Dirigió su atención hacia la zona y lo vio claramente. Las llamas
habían comenzado a adueñarse del monte. Todavía quedaban lejos de
su posición, pero ver un fuego tan vívido, tan brillante, tan
flamante acercarse a él, le hizo temerse lo peor.
Pasó un largo rato
contando las avionetas que intentaban calmar el fuego y aguardaba el
momento en que ya no fueran necesarias. Sin perder de vista las
llamas, pensaba en un plan de escape que consiguiera sacarle de aquel
infierno. Se fijó en el cielo y en su color blanquecino, un blanco
ahumado que empezaba a cubrir todo sobre sus cabezas.
De pronto, vio unos
cuantos humanos dirigirse hacia él. Su esperanza volvió a resurgir
y una sensación que no sabía explicar muy bien se instaló en su
cuerpo. Pensó que serían bomberos y demás implicados en la batalla
contra el fuego y que habían llegado para salvarlo. Tal fue su
desgracia, que todos pasaron de largo sin prestarle ningún tipo de
atención. Intentó convencerse de que no le habrían visto o de que
había algún tipo de prioridad mayor que él, pero aún así, no se
explicaba cómo pudieron ignorarle.
Siguieron pasando
los minutos, e incluso las horas, y por allí no vio a nadie más.
Todas las personas que había visto se habían dirigido hacia el
corazón del incendio y ninguna había vuelto a por él. Ya con un
cielo oscuro a causa del humo, su visión quedó gravemente
disminuida y no podía ser testigo ni de lo que ocurría a escasos
metros de su posición. Miró en todas las direcciones y nada le hizo
pensar que podría salvarse.
Ya desesperado y
sumido en una profunda tristeza, notó algo muy cálido tocar su
cuerpo. Una ráfaga de viento sopló desde la dirección del fuego
hacia él, hecho que le costó una buena quemadura en un costado. La
pasividad abandonó su cuerpo y presa del pánico, intentó huir. No
pudo moverse ni un ápice, algo le impedía emprender la marcha y por
más que lo intentaba, sus esfuerzos eran en vano.
Temía por su vida, sabía que su momento estaba a punto de llegar y miró al cielo, o donde creía que se encontraba el cielo detrás de un humo negro cual carbón. Una gran cantidad de agua le cayó encima, pero no fue suficiente para calmar el ataque del fuego, las avionetas habían llegado tarde. Lo último de lo que fue testigo, fue un sol rojo que intentaba luchar por sobresalir del manto oscuro que cubría el cielo.
Temía por su vida, sabía que su momento estaba a punto de llegar y miró al cielo, o donde creía que se encontraba el cielo detrás de un humo negro cual carbón. Una gran cantidad de agua le cayó encima, pero no fue suficiente para calmar el ataque del fuego, las avionetas habían llegado tarde. Lo último de lo que fue testigo, fue un sol rojo que intentaba luchar por sobresalir del manto oscuro que cubría el cielo.
Poco a poco se fue
consumiendo. No quedó de él más que un altísimo y triste
esqueleto carbonizado y cenizas a su alrededor. Unas cenizas que, de
seguro, habían formado parte de las lágrimas del cielo.