Hola holita, desaparecidillos :D
Vale, no, la desaparecida soy yo, pero es lo que tiene el curso, los exámenes y que luego no venga la Inspi. En fin.
Esta vez traigo algo que se podría denominar como reflexión. En teoría lo que sea reflexión (excepto la jornada) irá acompañado de una imagen que intentaré tomar yo. Si no me fuera posible realizarla, ni encontrara ninguna ajustable, se tendría que quedar sin ilustrar, pero intentaré que eso no pase. De todas maneras, normalmente son las fotos las que me dan las ideas para escribir, así que veréis otra faceta artística más de mí. Enhorabuena, provilegiados y privilegiadas :D
Espero que os guste ^^
Hay quienes se ven obligados a abandonar su hogar. Y no porque quieran, sino por circunstancias ajenas, o no tan ajenas, a ellos. También existen personas que rehúsan vivir en su casa y parten porque necesitan libertad. A pesar de que sea una mudanza voluntaria o involuntaria, siempre hay un factor común: dejar atrás todo cuanto han visto, cuanto han sido, cuanto han vivido.
Las calles que hasta ahora eran conocidas para ti, deben quedar en un segundo plano para aprender el nuevo recorrido que tienes que hacer diariamente. Esos lugares donde jugabas cada tarde durante tu infancia serán recordados ahora con nostalgia, pues difícilmente los verás tan a menudo como quisieras. La tienda donde ibas a comprar cromos, golosinas o simplemente un tentempié ya no existirá más allá de tu memoria. Tu casa, en la avenida principal o en una calle en las afueras, será un templo vacío ahora, un palacio en ruinas, unas ruinas que poco a poco levantaste y donde ya habías aprendido a vivir.
Aprendiste a ser persona en el seno de una familia. Aprendiste a relacionarte gracias a los amigos y amigas que fuiste haciendo, con quien jugabas al escondite, a las canicas o a fútbol. En el colegio te formaste cada vez más, con profesores buenos, y no tan buenos, que dejaron una huella en ti, que no sólo te enseñaron a sumar, multiplicar, saberte las preposiciones o ser un artista en potencia, sino que te implantaron también unos valores, te abrieron los ojos al mundo y te hicieron caminar con pies de plomo.
Más tarde los amigos más íntimos supieron hacerte valorar, te mostraron el valor de la confianza y lo que es el cariño, incluso puede que el amor. Algunos quizás se marcharon antes que tú, aunque eso no quita que siempre se queden en tu corazón. Junto a ellos viviste aventuras, noches en vela, alguna locura y discusiones tontas, pero en eso consiste avanzar, en vivirlo todo y quedarse con lo mejor de cada situación. Todas esas vivencias con tu gente, con tus lugares, contigo mismo, te moldearon como persona.
Nuestra destinación puede ser mejor o peor que nuestro origen, pero no todos los cambios son negativos. Sobre todo, hay que tener ganas de afrontarlo y dejar mandar a nuestra capacidad de adaptación.
Los cambios no son necesariamente malos, como bien dices, pero la contraparte nostálgica es algo a tener en cuenta. Más que nada porque cuando tienes ocasión de revisitar aquellos lugares que dejaste tiempo atrás porque ya no frecuentas aquellos lugares a los que tenías que ir día sí y día también, te invade ese sentimiento de añoranza que te hace recordar tanto los buenos momentos como los malos.
ResponderEliminarLos malos momentos siempre pesan más, irremediablemente, pero en mi caso, siempre tiendo a volver a esos sitios, supongo que porque quiero tenerlos presentes de alguna manera. No quiero olvidar mis errores en pos de no cometerlos en un futuro. Lo mismo puedo decir de las cosas buenas, pues son las que me hicieron ser como soy a día de hoy.
Sea como sea, hoy por hoy soy feliz con lo que tengo y si me diesen la oportunidad de volver atrás en el tiempo, daría los mismos pasos en pos de estar en dicha situación ^^
Sigue así :3